viernes, 31 de octubre de 2014

Los colores del envejecimiento activo

Ayer se inauguró en el Centro de Salud de Vite, en Santiago de Compostela, la séptima edición de los ciclos de Envejecimiento Activo y Saludable, que coordina Isabel Redondo. Este año, las personas inscritas, además de disfrutar aprendiendo cómo incrementar su calidad de vida con talleres para activar la memoria, manejar bien los medicamentos, la alimentación, sacar el máximo rendimiento a su cuerpo, etc., podrán también aprender disfrutando de otros profesionales que informarán de ciertas enfermedades, como el Alzheimer, para saber afrontar adecuadamente, en caso de que se diera en algún familiar o persona que se cuida. Serán un total de once talleres y cuatro monográficos. 

Éstos se realizan por primera vez, porque la creatividad y la renovación son el mejor motor para seguir avanzando. Por ejemplo, la pintura como la expresión de nuestra esencia se llevará a cabo de la mano José Luis Iglesias, un médico-artista compostelano, que invitará a los asistentes a despertar su propio arte a través de sus láminas. También hay una propuesta muy interesante con el mundo de la radio a lo largo de las historias de vida con el gran locutor y periodista Luis Rial.       

Encuentros con conciencia también participará en esta séptima edición con el espacio de coaching para el cambio, la buena gestión de las emociones y enseñando el camino de la confianza, de creer en uno mismo. Un nuevo curso lleno de ilusiones por compartir.

En la celebración de ayer había mucha gente. La persona más veterana de todas se llamaba Mari Nieves Olmedilla. Isabel la invitó, a que contara cómo vivía ella sus ochenta y siete años. De manera magistral y sin dejar de moverse para que su voz llegara a todos los que allí estábamos, hizo una analogía de su vida con los colores de las estaciones de la naturaleza. A mí el que más me gustó fue el blanco. Mari Nieves comenzó con la primavera y la juventud, donde los siete colores del arco iris brillan en su esplendor. En ellos, al igual que en verano, está la vitalidad y la fuerza necesaria para empezar cualquier camino…, después llega el otoño, la madurez, donde el amarillo-naranja de la hojas que se caen de los árboles nos recuerda el cálido sol que vamos guardando en nuestro corazón, después de amar y seguir amando a tantas personas…, y finalmente el blanco de la nieve, que impregna la tierra en invierno y la última etapa de la vida, recordándonos que este color lleva en sí mismo los siete colores del arco iris, y de nuevo, se quedan con nosotros, en plenitud .…

Gracias a todos por haber estado en Vite un año más, y en especial , al profesor Miguel Cancio, que con él, siempre recordaremos a nuestro amigo Marí Solera, Licho, trobeiro de Compostela. 

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