jueves, 16 de junio de 2016

Nueva luz en Pamplona

A unos días de comenzar el verano oficial, un nuevo sol, precedido de un arco iris, se instaló en nuestro taller de constelaciones familiares en Pamplona. Sucedió el sábado y se quedó para siempre, más allá de las estaciones.

El camino, al ir desde Galicia, era en sentido contrario al que suelen hacer los peregrinos. Nosotros partimos desde Santiago de Compostela y en esta ocasión, nos dirigimos a Javier, para llevar a nuestra amiga Marina a su casa. Un lujo de compañía. Si buscáis la entrada en este blog del dos de diciembre del 2014, titulada “Los niños de la calle”, sabréis porqué.

Seguimos el viaje. Los campos de trigo, de un dorado intenso, arropaban las amapolas rojas. Belleza por doquier. La nueva luz a la que hago mención es otra, sin embargo. Me refiero a la calidez que se instaló en cada una y uno de los participantes cuando llegaron a desvelar el nudo que impedía abrazar sus vidas. El Destino fue generoso en esta jornada, pues había realidades familiares tan similares, que los participantes tuvieron la oportunidad de revivir su historia doblemente. Me acuerdo de Nacho y Txema, de Lierni y Zuriñe... ¿coincidencias? Esta lógica racional y reduccionista viene de nuestra mente, que, por ahora, la dejaremos tranquila un rato y seguimos con el corazón: sin lógica aparente, pero con un sentido pleno. Descubrir los momentos donde la paz es posible ha sido el mayor de los hallazgos. Enhorabuena.

Hubo muchas cosas de los árboles familiares que emergieron y provocaron cierto descoloque. La nueva mirada, acogiendo esa realidad, creará nuevas oportunidades para allanar todas y cada una de las vidas de los participantes. Sólo hay que estar con ATENCIÓN a lo que surja a partir de ahora y FLUIR con lo que venga.

Me acuerdo de Laura, Marisa, Idoia...todo por comenzar. Ahí van unas valientes. Pero no las únicas, hubo mucho más y más personas.

Nos quedamos con el aprendizaje y las sonrisas. Como siempre, lejos de despedidas, ha sido un encuentro lleno de conciencia.

¡Muchas gracias y feliz verano!

domingo, 5 de junio de 2016

Comunicación con conciencia en Sevilla

Acabamos de celebrar uno de nuestros talleres más enriquecedores para el desarrollo personal y profesional. Esta vez lo solicitaba la Escuela de Salud y Bienestar ADOREA, de la fundación SARquavitae de Sevilla. Por cierto, celebran una década desde su apertura y pronto darán el salto a la Universidad. ¡Enhorabuena!

Compartimos durante dos horas algunas técnicas sobre la comunicación eficaz, pero, sobre todo, muchas historias de vida sobre cómo nos comunicamos y tomamos conciencia de nuestro bagaje interior, nuestra mente, emociones, sensaciones a la hora de relacionarnos con el otro.

Las personas que acudieron al taller procedían de diversos campos. Algunas estaban en activo y otras, jubiladas, pero todas estaban a la expectativa con una actitud de apertura hacia lo desconocido.

Había muchas cosas encima de la mesa, que para mí eran más importantes que el ordenador. Según se fue desenvolviendo la dinámica del encuentro, pudimos ver que todos y cada uno de los objetos iba tomando su propio sentido.

Por ejemplo, las manos de Lola buscaron sin saberlo, un exprimidor de zumo. Su inconsciente captó el mensaje enseguida, le dio una pista para reflexionar “¿le estás sacando todo el jugo a tu momento actual?, “¿exprimes al máximo tu vida, o te pierdes algo?” Como sabemos, no hay casualidades. Hubo algo para cada asistente, y por supuesto, ya que éramos un grupo, lo de los demás también era para nosotros.

Una de las señoras que residía en ADOREA, se llamaba María. Me llamó la atención su respuesta ante la pregunta, en la primera ronda que hicimos, sobre qué era lo más importante en comunicación. Con su experiencia y sabiduría, dijo que era “la sencillez y humildad de querer escuchar al otro, de no querer imponernos con nuestra razón a lo que el otro nos dice” Cuando escuché eso pensé “lo ha dicho todo y se acabó el taller” pero bueno, ya que me había desplazado desde Galicia y me gustaba el grupo, decidí continuar… Aunque ya se había dado el quid de la comunicación en esa frase. Gracias, María, por tu coherencia con esa humildad.  

Mercedes, la directora, tuvo un pequeño globo terráqueo entre sus manos. A la pregunta si le resonaba como metáfora, no dudó y dijo “Sí me dice algo de mí, yo no tengo fronteras, no pongo límites entre países, soy del mundo” Nosotros contigo.

Muchas gracias a todos y todas y concretamente a ti, Mercedes, por habernos dado esta oportunidad de compartir los Encuentros con conciencia en esta ciudad tan bonita, Sevilla.