Pronto estaremos de nuevo en
Navarra. Para mí es una Tierra entrañable. Por cierto, un sentimiento sistémico,
pues mi abuela paterna era de Estella. A pesar de no haberla conocido, no puedo
dejar de pensar en cómo viviría y sería su vida en Lizarra. Ella, al igual que todos mis ancestros, forman
parte de mi historia, de lo que yo soy. Por todo su legado, los llevo conmigo
en un buen lugar. Una sincronicidad que la podréis constatar, es que el
director del hotel donde trabajamos, que no sabe nada de mi historia, siempre nos
ofrece la sala Estella para realizar las constelaciones…osea, como en casa, ya
lo veréis.
Esta vez, el grupo de personas se
ha formado un mes antes de la fecha. Lo que indica que tienen claro que quieren
saber más de sí mismos y mejorar. Unas y unos valientes. Por ahora nos
conocemos por la voz, los mensajes, el correo…soy capaz de percibir los
nervios, las dudas, los miedos…y la curiosidad, la ilusión, también de las
personas. Sentir estas emociones es normal, al fin y al cabo, lo desconocido
siempre nos llega a través de los demás y hasta que lo comprobamos por nosotros
mismos, la mente no hace más que liar y liar el temido futuro. Algo absurdo, pero funciona así. En
términos del Modelado Conductual Evolutivo® se le llamaría a todo esto, el
coloque -cómo estamos predispuestos antes de empezar - , después vendría el
descoloque – cómo nos sorprende nuestra constelación- y terminaríamos con el
recoloque – cómo entendemos, comprendemos y sentimos en nosotros mismos, el
orden que se estableció con la constelación.
La actitud es, sin duda, la pieza
clave en el trabajo sistémico. Para dejarnos impregnar de la nueva realidad que
vamos a ver de nuestra historia familiar, hemos de desalojar la mente de expectativas,
de prejuicios, de creencias, de promesas… vaciarla por completo para que llegue
lo nuevo, porque cada constelación es un paisaje diferente y requiere ser vista
con ojos limpios. Como si se tratara de un viaje a un lugar desconocido por
todo el mundo, ¿qué podemos imaginar? Nada, sólo dejarnos cautivar por lo que
nos llega por los sentidos, con los poros abiertos, sin mente, sólo el corazón…entonces,
¿Qué hacer? Atender plenamente a lo que
sucede, permitiendo que se muestre lo que necesitamos aprehender…
Muchas gracias a todas y todos
por la confianza en nosotros, en especial, como siempre a Lourdes, Gaztelu,
Jesús Mari y Teresa.