Esta
vez las recolectoras eran todas mujeres. Estuvimos con ellas muy cerca de la playa de Santa Cristina, en A Coruña. El mar azotaba y las olas golpeaban con fuerza en el castillo de Santa
Cruz, un paisaje espectacular. Mientras, el grupo de buscadoras, se sumergían
en las profundidades de sus historias de vida para reestablecer el orden y rescatar
el tesoro más preciado: conciencia de sí mismas. Fue una jornada de trabajo
intenso, pero valió la pena.
Las
Constelaciones Familiares no dejan indiferente. Después de realizar la propia o
salir de representante, se produce una sacudida interior que molesta mucho a la mente. De golpe, llega
una información que no estaba prevista, y se descolocan nuestros esquemas… ¿cómo
es esto posible?, ¿qué tienen que ver mis ancestros en mi vida actual?, ¿cómo
podía estar afectando la infancia de mi madre a mi hija? O también, ¿cómo es
posible que yo sienta en mi cuerpo sensaciones de algo que es ajeno a mí?... por poner algunos ejemplos, sólo unos pocos de
cómo nuestra mente, que no entiende en absoluto NADA de la dinámica de nuestro
SER, interviene. Si le hacemos caso, boicotearnos nuestra búsqueda, haciendo
que las perlas encontradas, no sean recogidas.
La
mente, como explica de manera diáfana nuestro amigo Emilio Carrillo, está para
lo que está . Perfecta para programar, clasificar, organizar, investigar,
conseguir metas y muchas cosas indispensables para nuestra vida cotidiana, del
hacer, pero nula en la dimensión del Amor. Nos empeñamos en utilizarla para lo
que no es. Tan absurdo como pretender eso, que un olmo dé peras…
Cuando
dejamos que nuestro SER dirija la vida, nos encontramos que todo encaja, todo
se comprende y se cae en la cuenta de que todo tenía un sentido. Es así porque
se conecta con nuestra parte esencial, que sabe que de nada sirve razonar
cuando se trata de la
Verdad. Aquí sólo la vía de la intuición funciona.
Esta
actitud es la que permite recoger las perlas de sabiduría que aparecen en las
Constelaciones. Sí, al principio es inevitable que la mente dispare su alerta ¡es
absurdo!, pero a medida que el taller avanza, el camino del corazón se hace más
recto y lleva a conclusiones certeras, sentidas desde dentro y en el propio
cuerpo. Al haber establecido el orden familiar se siente el bienestar del bien-ser, ese alivio de que “ahora estoy
mejor y puedo vivir sin dolor” Le podemos decir a la mente: “de esto, ya me
encargo yo”
Tomar
las riendas y saber que la mente está a nuestra disposición, no nosotros a
disposición de la mente…adquirir este punto de conciencia es lo más valioso.
Nuevas
gracias a Sonia, amiga y organizadora de nuestros Encuentros, ella ya tiene
muchas perlas consigo …y enhorabuena a todas las buscadoras de este taller. Os
deseamos lo mejor a todas y a cada una, con energía renovada.
Nos conectamos con lo esencial.
ResponderEliminarTodo se recoloca y la vida vuelve a fluir!!!
Efectivamente Maria Pía! Me consta que tú también tienes ya muchas perlas, enhorabuena!
ResponderEliminarMuchas gracias, María Pía, por el texto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Y muchas gracias a María José Lozano por sus perlas de sabiduría.
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias a ti, Emilio, por todos los regalos que nos haces con tus charlas. Verdaderos Encuentros con Conciencia. En tu disfrute, disfrutamos todos. Abrazo grande!
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