Este año 2017 lo comenzamos con la sabiduría que brota de
los relatos de dos hermanas de 12 y 9 años. Mendi, la mayor, habla, a través de
un pavo real, cómo la búsqueda de la belleza (que en último término es la
búsqueda de la felicidad) sólo se consigue cuando somos capaces de encontrar nuestros “propios colores” (“esas
perlas o plumas de oro” que rescatamos de lo que nos toca vivir... son esos
aprendizajes que nos hacen crecer en medio de las adversidades,... y nos hacen ser
conscientes de que somos mucho más de lo que aparentamos) No es tarea fácil,
como le pasó a la protagonista de su
historia, que necesitó ayuda de una tortuga para conseguir su propósito.
Intza, la pequeña,
utilizó la metáfora de un ingenioso elefante que tenía mala letra, para
resaltar la importancia que tienen las nuevas tecnologías a la hora de ayudar a
las personas a acceder a nuevos conocimientos (por ejemplo, a las personas
ciegas), a mostrar sus descubrimientos (como Stephen Hawking) o a brillar con
su propia luz, como le sucedió al elefante escritor de su cuento, que demostró
su coraje y siguió adelante con la fuerza de su corazón, a pesar de que a su
alrededor nadie le animaba. Su don de escritor era implacable, como todos
nuestros dones, sólo hay que dejarse llevar...
Sin duda los protagonistas de los cuentos están vinculados a
sus autoras. Grandes chicas.
Aquí están:
Hace muchos
años cuando los humanos ni siquiera existíamos, era todo un mundo de animales y
ahí estaban también, los pavos reales. Pero no siempre han sido como nosotros
los conocemos. Entonces su plumaje no tenía esos colores vivos, sino que los
pavos reales se tenían como los animales más feos del mundo.
Hasta que un día
una pava llamada Ariel decidió que tenía que hacer algo, que no podían ser tan
feos. Ella quería que los pavos reales, como los otros animales, también
tuvieran el derecho a poder tener un plumaje espectacular. Así que empezó a
buscar a ver quién podía ayudarla y encontró a una tortuga anciana. Ella era la
más vieja de todo el mundo animal, así que Ariel decidió preguntarle, y ella,
amablemente, le dijo que tenía que encontrar todos los colores que quería para
su plumaje.
Ariel fue en
busca de ellos. Tuvo que viajar durante años y años… Pero al final, encontró
todos los colores. Fue a ver otra vez a la tortuga y se los dio. La anciana,
empezó a recitar un conjuro. Al terminar, la pava Ariel se miró y tenía todos
los colores que le trajo a la tortuga. Así fue y por eso, los pavos reales son
tan coloridos.
El elefante escritor con mala letra
El elefante escritor con mala letra
Había una vez un elefante que le gustaba escribir pero su letra no era muy buena. Sus amigos le decían que su letra era de un niño de guardería y si escribía algún libro nadie le entendería.
El elefante no se rindió. Una vez se le
ocurrió escribir en un ordenador y comenzó. Su letra seguía siendo bastante
mala pero como escribía en el ordenador no se notaba.
Desde entonces nadie le molesto más y escribió muchos libros muy bonitos y se convirtió en un escritor.
Enhorabuena a las dos autoras, por estos mensajes tan llenos de conciencia y a sus padres, Itziar y Mikel, por hacerlo tan bien. Lo mejor para vosotros en este nuevo año, lleno de nuevos colores …
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