Ya hemos vuelto de Pamplona. Ahora sí que hemos conocido
personalmente a otro estupendo grupo con el que compartimos intensamente muchas
historias. Historias de vida que han salido a la luz y allí aparecieron,
dejándonos sorprendidos a primera vista para después establecer el orden y
permitir la comprensión. Realmente, después de realizar tantas Constelaciones
Familiares, la sensación de ser importante por mi misma, se ha diluido, porque
viendo lo visto, si no es en relación con los demás, no somos nada.
Pero antes de llegar a Navarra, también escuchamos durante
el camino, otras vivencias. Esta vez, viajamos desde Galicia con nuestra amiga
Marina, un lujo de compañía (ya nos había contado su anécdota con “Los niños de
calle”, está una entrada en el blog, de diciembre del año pasado) Ella vivió
casi toda su vida en África. Ahora vive
en el pueblo de Javier y estaba pasando unos días con sus hermanas en Santiago
de Compostela.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjapnyi7dCy7iu1W6bb6Yn4vEw-arhYXRJ-Zmp5Xp2-Kk6SjBJKFKX-tcoNMNBQkCGksHuIeFV_ic9tStqA_i3Y4sbfOVyJ01WkHD2AwWNINgTE8xGDWf5EjtYfZrDJPTQd-5XjcuvyV18/s1600/africa11+(2).jpg)
Estos niños, con mucha probabilidad vivan menos años que los
de los países del Norte, sin embargo, la conciencia de unidad con la que viven,
les permite gozar plenamente de cada instante. Por ello, aunque se mueran
antes, se llevan más vida. Son sistemas diferentes que, en esto concretamente,
nos llevan ventaja.
Nosotros seguimos aprendiendo a dejarnos llevar, a fluir o a
abandonarnos a nuestro Destino, que no lo tenemos fácil desde la mente
racional.
A los que habéis
venido esta vez al taller, os sugerimos leer dos entradas del blog, “Los
buscadores de perlas” y “Más perlas de sabiduría”, pues indican la actitud
después de la Constelación Familiar. Las encontráis más abajo, con el cursor.
Muchas gracias a todas y todos!
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