lunes, 26 de enero de 2015

El instante Zen de Koli

Hoy día, cada vez son más personas las que se animan a relajar la mente para compensar el trajín de lo cotidiano: las prisas, las presiones del trabajo, las exigencias ineludibles, las responsabilidades familiares… el caso es que, el efecto inmediato, después de haber practicado yoga, tai-Chi, mindfulness o cualquier otra actividad similar, suele ser de relax. Sin embargo, estas técnicas milenarias de silenciamiento ofrecen mucho más.

En Encuentros con conciencia también buscamos y propiciamos espacios para el instante, para estar realmente presentes. Soltar lo que ya fue, lo que quedó atrás y disponerse a lo que llega.Un arte.

Ayer escuchamos una conferencia de Rafael Redondo, que recientemente estuvo en Zaragoza. Maestro Zen, y un largo currículum. La verdad, es que su discurso desmonta muchos esquemas que se tienen instalados y sus reflexiones invitan a revisar el bagaje de creencias limitantes que nos llevan acompañando toda la vida. Fundamental. Rafa dice que  “el instante te insta, te coge por las solapas y te sacude”, que "el silencio no es lo mismo que silenciar” y que lo más importante es darse cuenta de lo que está sucediendo mientras vivimos, sin estar en el “debería ser de otra forma”

A mí sus palabras me llevaron hasta Koli, el protagonista del cuento de “El colibrí y su nuevo amigo” Rafael, con un humor sentido, que diría nuestro amigo Fidel, insiste en que urge “quitarse del medio”  La finalidad de apartarse y dejara ser a nuestro Ser, no es otra que dejar de interrumpir la vida cuando nos viene a ofrecer lo mejor para nosotros. Nada más ni nada menos. Para ello, hay que silenciar la mente, echarse a un lado y dejar espacio libre…

Koli se había rendido. Había desistido en su búsqueda de encontrar un amigo: todos eran demasiado complicados: la mariposa sólo quería vivir muchos años como la tortuga, la tortuga enfadada ansiaba ser ágil como la ardilla… la ardilla…el caso es que ninguno estaba disponible para entablar una amistad con él. Koli claudicó, su pico se vino abajo y se retiró de su empeño “lo mejor es que vuelva a mi bosque “– se decía triste y desilusionado… y entonces se produjo el instante Zen: lo inesperado cambió su suerte…

Esa sensación de derrota, de fracaso y frustración, que puede desembocar en angustia y que los místicos llaman “la noche oscura” (y muchos médicos depresión), es lo que propicia ese “quitarse del medio” Rafa lo sabe. El se quitó y ahora permite que su Ser lo habite. Desde aquí le damos un GRACIAS con mayúsculas, por haber hecho espacio, compartir sus vivencias y saber hacerlas llegar a los corazones. Es muy alentador saber que algunos ya están ahí.

Os dejamos con el enlace de su página web aquí por si os apetece saber más de su trabajo o asistir a sus grupos de silencio.

La información de Koli, para los que quieran ver el final, está en nuestra sección de “cuentos didácticos” 

jueves, 8 de enero de 2015

El movimiento constante

Comenzamos un nuevo año. Un ritual más que nos ayuda a cerrar ciclos y fijar nuevas metas. Nuestro Planeta Tierra también ha concluido su vuelta alrededor del sol. Pero la naturaleza, más sencilla y más sabia, se deja fluir, sin proponerse otra cosa más que dejarse llevar por su propio movimiento.

Porque todo fluye, en realidad, todo se hace sin hacer. Esta frase no la entiende la mente, que nada más leerla, la juzga, la escudriña y la desdeña, ¿cómo no hay que hacer nada?, ¡eso es de vagos!, ¿qué hubiera ocurrido en la humanidad si nadie hubiera hecho nada? Pero claro, hay que explicar qué hay que dejar de hacer, y después, se hace mucho y mucho mejor….! La gran diferencia es que, cuando fluimos con nuestra propia  naturaleza, estamos conectados con nuestras aptitudes, nuestros talentos, nuestras habilidades…, surge la fuerza y el ímpetu de realizar aquello para lo cual estamos hechos, y esa es nuestra meta: ser nosotros mismos y dejarnos llevar.

A lo largo de la historia, los grandes logros los han realizado personas entusiastas, que creían en sí mismas y se sentían seguras. Por poner algunos ejemplos, Cristóbal Colón, Eisntein… ¿Hicieron cosas?, muchas. ¿Trabajaron?, bastante. ¿Tenían metas?, sin duda… ¿Entonces?, entonces la pregunta es: ¿siguieron su corazón?, seguro. ¿Volverían a hacer lo mismo si tuvieran la oportunidad?, fijo. Quizás no de la misma manera, pero su sueño lo hubieran seguido igualmente. Esto es fluir con el corazón, cuando hacemos cosas “y el tiempo se pasa volando” y después escuchamos de los demás “qué bonito es!” o “¿cómo has podido hacer esto?”,  y tímidamente respondemos, “no sé, me ha salido así”… si buscamos estas sensaciones, encontraremos muchas. Os animo a buscar. Y sí, yo también le doy la razón a la mente para que se quede tranquila: ”luego hay que hacer algo”

En Encuentros con conciencia festejamos el movimiento de la Tierra, la salida de un año y la entrada en este nuevo, creando un caballo de trescientas piezas de papel. Allí estaban los y las artistas : Emma, Luis, Lucas, Rewda y Zulfa. Sus edades formaban una secuencia motivadora: siete, ocho, nueve y diez años. Acudieron con sus padres. Todos con sus talentos activados, tres horas que pasaron “volando” y fue muy divertido. Dirigía Miguel Ángel, nuestro amigo matemático-papirofléxico, también lleno de entusiasmo. Entre todos fue posible y el resultado ha sido esta figura, llena de color, que nos evoca la fuerza del animal, para ir a trote o al galope, como más nos guste, por este recién estrenado 2015. Que vuestra gran meta sea alcanzada con el corazón. Buen camino!