Un nuevo encuentro con conciencia nos
llevó a Pamplona el sábado pasado. Como suele ocurrir, hacemos entre todos y todas
una “ensalada emocional” para abrir el grupo, y cerramos, al
final de la jornada, con un “buffet de valores”. Todo
personalizado. Obviamente, solo quienes estuvieron alguna vez en
nuestros talleres saben de qué se trata, porque no tiene nada que
ver con el concurso de “Master chef”... Aunque, en realidad, sí
que hay algo similar en ambos: lo más significativo en común son
los nervios, la expectación e incluso el miedo, que genera la mente
cuando nos vamos a exponer delante de desconocidos, a algo
desconocido.
Porque realmente, en un taller de
Constelaciones Familiares ganamos todos. Se lleva más, quien más
aprende. Quien más permite acoger en su corazón todo lo acontecido
en su historia familiar. Quien más aprehende. En
una palabra, quien más ame.
En una de las entradas de este blog,
del día 14 de abril de 2015, hablábamos de la actitud ante las Constelaciones.
Hoy, nos vamos a referir a los días, semanas después de haber
realizado la constelación. La pregunta que surge es: -bien, ¿y
ahora qué?-
Las personas que hicieron el servicio
de representar nuestra imagen familiar, indicaron el orden, una
dirección. También dieron el primer impulso hacia él, como cuando
una ficha de dominó está en una fila. Ellos tumbaron la primera, la
cual a su vez tumba a la segunda, y ésta a la tercera, etc. Para no
parar este “movimiento de fichas” y dejar que el impulso le
alcance a todas y a cada una, es importante evitar racionalizar, ya
que acabamos de ver que la Realidad es más grande que nuestra
realidad cotidiana. Los representantes dieron el primer paso, el resto nos corresponde a nosotros.
Los órdenes sistémicos obedecen a
leyes no visibles, lo esencial solo lo puede ver el corazón. Bien lo
sabía el autor del Principito.
El desenlace de tu constelación, la
imagen final, es preciso que la fotografíes mentalmente, que la
lleves contigo siempre, y por las noches la veas y la observes
mientras dices “SÍ” a todo lo que fue.
Desde el interior, la fuerza, ese
impulso primero, ya puede seguir el movimiento. La clave es permitir
que suceda. El tiempo hace el resto.
Si no se respeta este ritmo y “queremos
más” (todavía más!) de lo que acabamos de ver, buscaremos de
manera infructuosa resultados imposibles. Sin
embargo, si guardamos “la foto” en nuestro “silencio interior”,
podremos experimentar los beneficios que conlleva asentir al Destino.
Enhorabuena
a todas y todos los que habéis formado este grupo, un potente
grupo. Os deseamos unas estupendas fiestas de San Fermín y un feliz
verano.
Gracias a todos los participantes ,corta pero intensa tarde la que se me hizo . Mucho y buen trabajo el de todos , felicidades y a seguir trabajando para el bien de todos. Feliz verano .Cristina
ResponderEliminarHola Cristina! eres una de las pocas personas que han dado en el "quid" con los comentarios del blog. Los solemos recibir por correo, y por eso nos hace mucha ilusión leerte por aquí. Muchas gracias. Te ha tocado a ti abrir camino en tu familia y establecer el orden, enhorabuena! una mujer valiente. Lo mejor para vosotros. Un abrazo.
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